2011/01/30

Felicidad, la Eterna Meta

        Tener una familia, amigos, una profesión, diversiones, esto no basta para ser felices. La prueba: ¡cuánta gente que incluso puede ser considerada como privilegiada no es feliz! ¿Por qué? Porque no saben responder a las necesidades de su alma.
        El alma necesita vivir en la inmensidad, en el espacio infinito, en lo ilimitado. Pero el hombre constantemente comprime su alma, la obstaculiza, la ahoga; quiere que se conforme con nimiedades: algunos éxitos materiales, algunos placeres, algunas palabras vacías… Entonces, el alma sufre y se queja al hombre: «Quiero ser libre, y tú, con tus ocupaciones y tus preocupaciones ordinarias y mezquinas, me tienes atada. Yo soy hija de Dios, el espacio es mi elemento, necesito dilatarme en toda la extensión celestial.»
        Haced pues el experimento, por lo menos durante algunos minutos, y dejad que vuestra alma emprenda el vuelo y se dilate en el espacio… Dejad que se evada hasta que se fusione con todo el universo… Y entonces allí sabréis lo que es la felicidad.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov

2011/01/23

Tanto por Agradecer

        Apenas os falta algo y ya estáis dispuestos a quejaros. ¿Por qué la constatación de esta carencia debe de repente oscurecer vuestra mirada? El sol sale cada día, tenéis luz, aire, agua, alimento… Podéis ver, oír, saborear, comprender… Y también tenéis la facultad de entrar en relación con el Creador, con todas las entidades celestiales y con los humanos.
        ¿En qué pensáis cuando os miráis frente al espejo por la mañana?... ¿Y en el momento que abrís el grifo de agua del lavabo o de la ducha?... ¿Y cuando veis a vuestra mujer, a vuestros hijos, en qué pensáis? Quizás diréis, que no tenéis. Admitámoslo, pero cuando salís de casa, os encontráis seguramente con alguien. ¿En qué pensáis cuando lo veis? Todos los seres que viven cerca de vosotros, así como con los que os encontráis, están ahí para haceros reflexionar, para afinar vuestra sensibilidad. En vez de deteneros en lo que os falta, aprended a alegraros por todas las inagotables riquezas de la vida, y vosotros mismos os volveréis más vivos.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov

2011/01/18

¿Depresión? ¿Indignación? ¡No, gracias!

   Encontráis que la vida es difícil, y es verdad; que los humanos son a menudo malvados y desagradecidos, también es verdad. Pero ¿acaso es ésta una razón para estar siempre indignado, irritado, y amargado? ¿No os dais cuenta que con esta actitud, es a vosotros mismos en definitiva a quienes estáis dañando? Algunos dirán que no pueden evitar indignarse por el espectáculo del mundo y que, si se hacen daño, no se les puede reprochar porque sólo se están haciendo daño a sí mismos. Pues bien, este razonamiento prueba que no tienen una buena comprensión de las cosas.
     Todos los humanos están unidos entre sí, y si estáis tristes, deprimidos, melancólicos, ello se refleja en las personas con las que os encontráis. ¿No queréis hacer daño a nadie? Aparentemente es cierto, no se lo hacéis; pero se lo hacéis igualmente, porque propagáis ondas y partículas negativas. Creéis que estáis separados de los demás, pero os equivocáis: vuestros pensamientos y vuestros sentimientos influyen en vuestros padres, en vuestros amigos, incluso en los animales, las plantas y los objetos a vuestro alrededor. Aquél que se daña a sí mismo, daña también al mundo entero, no es pues más inocente que los demás contra los que se está indignando.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov

2011/01/09

El Silencio

“Es en el silencio donde vuelves a sanar.”
Por Anthony de Mello