2011/01/30

Felicidad, la Eterna Meta

        Tener una familia, amigos, una profesión, diversiones, esto no basta para ser felices. La prueba: ¡cuánta gente que incluso puede ser considerada como privilegiada no es feliz! ¿Por qué? Porque no saben responder a las necesidades de su alma.
        El alma necesita vivir en la inmensidad, en el espacio infinito, en lo ilimitado. Pero el hombre constantemente comprime su alma, la obstaculiza, la ahoga; quiere que se conforme con nimiedades: algunos éxitos materiales, algunos placeres, algunas palabras vacías… Entonces, el alma sufre y se queja al hombre: «Quiero ser libre, y tú, con tus ocupaciones y tus preocupaciones ordinarias y mezquinas, me tienes atada. Yo soy hija de Dios, el espacio es mi elemento, necesito dilatarme en toda la extensión celestial.»
        Haced pues el experimento, por lo menos durante algunos minutos, y dejad que vuestra alma emprenda el vuelo y se dilate en el espacio… Dejad que se evada hasta que se fusione con todo el universo… Y entonces allí sabréis lo que es la felicidad.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov

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