2011/03/27

¡¡¡Mmmm!!! ¿Cómo veo el mundo?

La cuestión del optimismo y del pesimismo va mucho más lejos de lo que pensamos en general. Sólo aquél que busca los bienes espirituales puede ser verdaderamente optimista; mientras que aquél que se concentra en los bienes materiales, aunque al principio esté lleno de esperanza, un día u otro se verá obligado a abandonar sus ilusiones.
Optimismo y pesimismo implican dos filosofías de la vida. El pesimista no ve más allá que las pequeñas cosas de la tierra, mientras que el optimista abre su alma a las vastas inmensidades del cielo. Sabe que la predestinación del hombre es regresar un día a su patria celestial.
En el camino que lleva a esta patria, evidentemente se encontrará con el mal bajo todas sus formas, sufrirá, dudará de los demás y de sí mismo, se desanimará. Pero, incluso en los peores momentos, no se hundirá porque en su corazón, en su alma, permanece grabada esta verdad que Dios le creó a su imagen y que esta imagen de Dios contiene en potencia todas las riquezas y todas las victorias.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov

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