2014/01/09

La Voz del Silencio

Así comenzó esta aventura hace hoy tres años:
“Es en el silencio donde vuelves a sanar.” Anthony de Mello (1931-1987)
Y seguiremos aquí, desde el silencio, buscando perlas de sabiduría para compartir.
d      “Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.” William Shakespeare (1564-1616)
d      “El silencio es el verdadero lenguaje de las almas.” Maurice Maeterlinck (1862-1949)
d      “Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos.” Quinto Curcio Rufo (siglo I d.C.)
d      “El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes.” Thomas Carlyle (1795-1881)
d      “No hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio.” Proverbio Árabe
Extractos del libro
La Voz del Silencio
“La Voz del Silencio” es un extracto de una obra denominada “Libro de los Preceptos de Oro”, a la cual H.P. Blavatsky tuvo acceso durante su formación y aprendizaje en los monasterios del Himalaya. Desde su primera publicación en 1889, esta obra capital se ha convertido en una referencia inexcusable para todos aquellos interesados en la vía iniciática y en la senda espiritual. Sus aforismos, llenos de profunda sabiduría, son una fuente inagotable de reflexión y meditación.
Sólo existe una vereda que conduzca al sendero; sólo al término de ella puede oírse la «Voz del Silencio». La escala por la cual asciende el candidato está formada por peldaños de sufrimiento y de dolor: éstos únicamente pueden ser acallados por la voz de la virtud. ¡Ay de ti, discípulo, si queda un solo vicio que no hayas dejado atrás! Porque entonces la escala cederá bajo tus plantas y te precipitará: su base descansa en el profundo cenegal de tus pecados y defectos, y antes que puedas aventurarte a cruzar este ancho abismo de materia, tienes que lavar tus pies en las aguas de la Renunciación. Sé precavido, no sea que pongas un pie todavía manchado en el peldaño inferior de la escala. ¡Ay de aquel que se atreva a ensuciar con sus pies fangosos un escalón tan solo! El cieno inmundo y pegajoso se secará, se hará tenaz, pegará sus pies en aquel sitio, y como el pájaro cogido en la liga del cazador astuto, quedará imposibilitado para un nuevo progreso. Sus vicios adquirirán forma, y le arrastrarán hasta el fondo. Sus pecados levantarán la voz, semejante a la risa y al plañido del chacal después de la puesta del sol; sus pensamientos se convertirán en un ejército, y se lo llevarán tras sí como a un esclavo.
Huye de la ignorancia, huye igualmente de la ilusión. Aparta tu faz de las decepciones mundanales; desconfía de tus sentidos, porque son falsos. Pero en lo interior de tu cuerpo, en el sagrario de tus sensaciones, busca en lo impersonal al «hombre eterno», y una vez lo hayas encontrado, mira hacia dentro: eres Buddha.
Libro presentado por Blavatsky a Leon Tolstoi
Helena P. Blavatsky


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