CIUDADES. Teruel

CIUDAD DE TERUEL – ARAGÓN - ESPAÑA

  
TERUEL PROVINCIA

Teruel es una provincia española situada en la zona nororiental de la península ibérica. Es, además, la más meridional de la Comunidad Autónoma de Aragón. Su capital es la ciudad de Teruel y comprende 236 municipios, la mayoría de ellos de escasa población. Los más importantes, junto con la capital, son Alcañiz, Andorra, Calamocha, Calanda y Utrillas. Los cuatro municipios más altos de España se encuentran en la provincia de Teruel: Valdelinares, a 1.695 metros de altura, encabeza el listado seguido por Griegos, Gúdar y Bronchales.
Linda con las provincias de Zaragoza, al norte, Tarragona y Castellón, al este, Valencia y Cuenca, al sur, y Guadalajara, al oeste. Su economía se basa en la agricultura, la minería y, actualmente, el turismo, la energía y la industria, sobre todo la alimentaria, destacando el aceite del Bajo Aragón, el melocotón de Calanda y la trufa negra de Sarrión.
TERUEL CIUDAD
     Se sitúa en la confluencia de los ríos Guadalaviar –Turia- y Alfambra.
     Altitud: 912 msnm. Extensión: 440.41 km2. Distancia: 303 km a Madrid.
     Su clima se caracteriza por inviernos fríos y veranos cálidos y secos.
     Población: 35.668 habitantes en 2016. Gentilicio: Turolense.
     Patrón: San Cristóbal. Patrona: Santa Emerenciana.
     Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su patrimonio artístico mudéjar, entre sus atractivos se encuentran sus edificaciones mudéjares, el mausoleo de los Amantes de Teruel, El Torico y el centro paleontológico Dinópolis.
Historia
Teruel estuvo poblada desde los tiempos de los íberos, los cuales llamaban al lugar Turboleta.
En 1171 llegan a las tierras de Teruel las tropas de Alfonso II de Aragón, que las ocupan y fundan la ciudad. Un hito tan importante está acompañado a la leyenda, según la cual la ciudad fue levantada sobre la muela en la que se encontró a un toro sobre el que brillaba una estrella. Verdad o mito ese toro es el símbolo de Teruel y de su escudo.
En los tiempos de su fundación, el lugar era frontera frente a la taifa musulmana de Valencia y avanzadilla para su conquista. En un territorio inseguro, como el turolense del siglo XII, no era fácil atraer a gentes dispuestas a instalarse y a defenderlo. La monarquía aragonesa tuvo que dotar a la villa de unos Fueros que otorgaban amplios privilegios a las gentes que en ella se asentaban y que la convertían en cabeza de una amplísima comunidad de aldeas.
En 1483, la ciudad de Teruel mostró una clara resistencia ante el Tribunal de la Inquisición, pues recortaba sus fueros y la economía de la ciudad estaba en gran medida en manos de quienes más podían sufrir las consecuencias.
En el siglo XVI se produjeron fuertes tensiones pues las fuerzas locales se negaban a aceptar la reforma del fuero por Felipe II. En esta época se fortalece la iglesia turolense cuando se funda en 1577 el obispado de Teruel.
Durante la Guerra de la Independencia, la ciudad fue ocupada por los franceses hasta 1813. En las guerras carlistas, la ciudad se alineó con el bando liberal y, en la tercera, sus murallas aguantaron el asedio al que fue sometida. A finales de este siglo y principios del XX la ciudad conoció un periodo de prosperidad económica. En los años 40 y 50, tras un período difícil por la Guerra Civil y por extremas temperaturas, Teruel, comenzó su tarea de reconstrucción. Con la llegada de la democracia, se unió al crecimiento económico del país.
MUY INTERESANTE

Desde el 30 de octubre de 2008, la Catedral de Santa María de Teruel, acoge una RÉPLICA DEL SANTO CÁLIZ DE VALENCIA. Supuestamente, el Santo Cáliz pasó, entre otras poblaciones aragonesas, por Teruel.
Este año, 2017, se le ha concedido el Premio Planeta, precisamente a un turolense, Javier Sierra, cuya novela, “El Fuego Invisible”, trata sobre el Santo Grial.
En esta ciudad, convivieron las religiones cristiana, musulmana y judía. El arte de Teruel tiene un nombre propio: MUDÉJAR, que significa “aquel al que se le ha permitido quedarse”; era arte cristiano hecho por los musulmanes. El mudéjar es un arte único, solo desarrollado en nuestra península, y Teruel es uno de sus hitos.
El patrón de la ciudad es San Cristóbal y las fiestas locales se celebran el domingo más cercano a San Cristóbal, el 10 de julio. En ellas se conmemora la fundación de la ciudad, recordando la leyenda que tiene en el toro, el Ángel y la estrella, sus símbolos principales. De hecho a estas fiestas se les llama las Fiestas del Ángel.
La historia de los AMANTES DE TERUEL se basa en una leyenda, si bien, bajo sus tumbas –que se pueden visitar- se hallan dos momias –de un hombre y una mujer— que, según la prueba del carbono catorce, corresponden a la época en la que se cuenta. Hoy en día toda la ciudad sigue celebrando, en la época de San Valentín, el desencuentro de esta pareja del siglo XIII.
LOS SÍMBOLOS DE TERUEL: EL TORO Y LA ESTRELLa
Según una leyenda, para fundar la nueva ciudad, los sabios y las gentes principales de la villa buscaron señales y presagios, encontrando favorable el que un toro mugiera desde un alto (la plaza principal actual, la del torico) y que sobre el toro brillara una estrella.






el TORO. En muchas monedas post-tartésicas del siglo IV a.C. aparece un toro -animal sagrado de la civilización tartésica- debajo de la estrella de ocho puntas o de la medialuna.
El toro, o más en general el bóvido, representa a los dioses celestes en las religiones indomediterráneas. El dios védico Indra es asimilado también a un toro: fuerza calurosa y fertilizante, ligado al símbolo de fecundidad. Y también es emblema de Shiva: representa la energía sexual, pero cabalgar el toro como lo hace Shiva es dominar y  transmutar esa energía. El toro de Shiva, simboliza la justicia y la fuerza, y también el orden cósmico.
la Estrella Tartésica (8 Puntas). La estrella tartésica es una estrella de ocho puntas, resultado de la superposición de dos cuadrados concéntricos, uno de los cuales ha sido girado 45 grados. Parece que el origen de la estrella de ocho puntas está en la mitología y la religiosidad de Tartessos, la primera civilización occidental, asentada en el sur de la Península Ibérica entre la Edad de Bronce y la del Hierro. Los tartésicos adoraban al sol y lo representaban con ocho rayos. Los andaluces turdetanos –herederos de Tartessos- representaban esta estrella en sus monedas como símbolo político.
En el Reino de Granada alcanza su máximo esplendor pasando a la decoración de edificios, grabados, joyería, etc. Los mozárabes y mudéjares llevaron la estrella de ocho puntas por todo el norte de la Península Ibérica y los musulmanes y moriscos la difundieron por el Magreb y el Oriente Medio. Actualmente puede verse en numerosos edificios de España, como en la Alhambra.
QUÉ VER
MUDÉJAR Y MODERNISMO. Además de disfrutar del arte mudéjar, callejeando y elevando la vista, se descubre otra arquitectura, singular, dinámica y libre, la del Modernismo influenciado por Cataluña, representado por la “Casa Ferrán”, en la calle Nueva, y las casas de la Plaza, “Casa del Torico” (hoy Caja Rural) y “La Madrileña”.
     La Catedral de Santa María de Mediavilla, de estilo mudéjar, considerada como Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico del Tesoro Artístico Nacional. Su torre, techumbre y cimborrio son Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Su origen fue una iglesia que comenzó a edificarse en estilo románico en 1171.
     La Iglesia de San Pedro y su torre, también de estilo mudéjar.
     Las Torres de El Salvador y San Martín.
     La Fuente del Torico y su plaza.
     Los edificios modernistas, como la Casa de Tejidos El Torico o la Escalinata.
     El acueducto, construido en el Renacimiento, conocido como “Los Arcos”.
     Mausoleo de los Amantes de Teruel.
     El Centro Paleontológico Dinópolis.

Para golosos, se recomienda la TRENZA MUDÉJAR, elaborada de manera artesanal con harina, nueces, pasas, yema y almendras (aunque hay quien añade trocitos de fruta confitada, mazapán y chocolate), o los SUSPIROS DE AMANTE, elaborados con huevo, mantequilla, azúcar y queso. NO APTOS PARA VEGANOS.



Y para regalar, nada más típico que la CERÁMICA DE TERUEL (alfarería, cacharrería, tejería, azulejería, loza). La más representativa, la cerámica verde de manganeso o loza “verdimorada”, que data de 1250. 




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