Dar, he ahí un pensamiento que no debe
nunca abandonaros. Sí, habituaros a dar, y a dar lo mejor de vosotros.
Evidentemente, esto no es una filosofía muy extendida entre los humanos: por todas
partes sólo se piensa en tomar, y los seres sólo interesan en la medida en que
se puede obtener de ellos alguna cosa. Incluso cuando van a una Escuela
iniciática, algunos sólo desean tomar. Pero al cabo de cierto tiempo, como no
hay tantas cosas de las que puedan adueñarse, excepto verdades que no les interesan,
se aburren y se van.
Así pues, he ahí cómo, a partir de ahora, debéis ver las cosas: pensad que hay en vosotros una tierra magnífica, un jardín en el cual cultiváis toda clase de flores y de frutos, y que aportáis al mundo entero productos de este jardín. A consecuencia de ese deseo de hacer algo por los demás, se abrirán puertas ante vosotros, todo os parecerá nuevo, haréis sin cesar nuevos descubrimientos. Es cuando queréis dar, aportar alguna cosa a los demás, que la vida empieza a fluir en vosotros.
Así pues, he ahí cómo, a partir de ahora, debéis ver las cosas: pensad que hay en vosotros una tierra magnífica, un jardín en el cual cultiváis toda clase de flores y de frutos, y que aportáis al mundo entero productos de este jardín. A consecuencia de ese deseo de hacer algo por los demás, se abrirán puertas ante vosotros, todo os parecerá nuevo, haréis sin cesar nuevos descubrimientos. Es cuando queréis dar, aportar alguna cosa a los demás, que la vida empieza a fluir en vosotros.
P or Omraam Mikhaël Aïvanhov
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